La información sexual no puede reducirse a dar cuenta de los cambios anatómicos y fisiológicos que se producen en la pubertad, sino que habrá que enmarcarlos en una dimensión humana y trascendente, sabiendo que las facultades específicamente humanas como la inteligencia y la voluntad han de dirigir esta capacidad del ser humano hacia el fin previsto por Dios.
Los padres no pueden esperar a hablar de estos temas en la adolescencia sino que en los años
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